Los
lixiviados arrastran las sustancias tóxicas producidas en el vertedero. La
Agencia de Medio Ambiente de EE.UU. (USEPA) ha analizado hasta 200 compuestos
diferentes presentes en los lixiviados en los vertederos de residuos sólidos
urbanos. Algunos como cloruro de vinilo, cloruro de metilo, tetracloruro de carbono,
clorobencenos (de los que destaca el hexaclorobenceno, por su toxicidad) y
arsénico son sustancias cancerígenas.
Al igual que
el resto de las sustancias organocloradas, son persistentes y bioacumulativas
en todos los eslabones de la cadena trófica.
El plomo, cadmio y el mercurio son metales pesados presentes en los lixiviados de los vertederos. El plomo procede principalmente de las baterías de los coches y de aparatos electrónicos, plásticos, vidrio, cerámica, pigmentos, etc.
El plomo, cadmio y el mercurio son metales pesados presentes en los lixiviados de los vertederos. El plomo procede principalmente de las baterías de los coches y de aparatos electrónicos, plásticos, vidrio, cerámica, pigmentos, etc.
El plomo
ocasiona lesiones cerebrales en los niños e hipertensión arterial en adultos. El
mercurio produce lesiones renales y neurológicas. Las fuentes de cadmio y
mercurio son fundamentalmente las pilas. El cadmio, además, se encuentra en los
aparatos electrónicos, plásticos, etc.; produce lesiones renales y hepáticas.
La
contaminación del agua de los pozos y acuíferos tiene consecuencias perjudiciales
para la salud humana y degradan el medio marino.
El vertido de residuos
sólidos urbanos y escombros al mar a través de acantilados como el escandaloso
ejemplo de Horcas Coloradas, en Melilla es una práctica habitual en las costas
españolas.
Entre un 45%
y un 80% de los objetos flotantes encontrados en el mar Mediterráneo son
plásticos. Su ingestión, directa o indirecta, por parte de los organismos
marinos es uno de los principales problemas que ocasionan.
Los
plásticos tienen un grave impacto en la vida marina. Algunos animales los
ingieren por error, como las tortugas marinas, que confunden los plásticos con
las medusas, componente fundamental de su dieta. Ello les provoca obstrucciones
intestinales e incluso, la muerte. Del mismo modo, algunas aves quedan
atrapadas por plásticos que les ocasionan laceraciones, estrangulamientos y
pueden provocarles la muerte.
Los
vertederos "controlados" son depósitos de residuos en los que se
"garantiza" que los líquidos de lixiviación no van a contaminar el
suelo o las aguas subterráneas; para ello, deben disponer de sistemas de
recogida de los lixiviados para ser tratados posteriormente. Sin embargo, la
realidad es diferente. Los vertederos supuestamente controlados tienen fugas de
gases y de lixiviados. Según la USEPA.
Existen
buenas evidencias teóricas y prácticas de que los componentes tóxicos que se
echan en los vertederos con casi seguridad emigrarán de estos depósitos al
medio ambiente.
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